La protección solar es una herramienta fundamental para proteger nuestra piel de la radiación solar y prevenir futuras lesiones como quemaduras, manchas o melanomas. Por eso, no debemos tomarnos a la ligera comprar cualquier clase de protección solar y hacerlo con conocimiento de causa adquiriendo la que mejor se adapte a nuestro tipo de piel cubra nuestras necesidades. Por este motivo vamos a daros esta breve guía para que os resulte más fácil elegir la protección correcta.
1- Que protejan la piel de la radiación solar
El sol emite distintas radiaciones que van desde los rayos infrarrojos (IR) hasta los rayos ultravioleta (UV), pero no todos nos llegan por igual ni nos afectan de la misma manera.
- Los rayos infrarrojos aportan energía producen el aumento de la temperatura. Existen rayos infrarrojos de tres tipos (A, B y C), aunque los más nocivos para nosotros son los de tipo A, que penetran hasta la parte de la dermis aumentando su temperatura. De este modo, los rayos infrarrojos hacen más sensible a la piel frente a los ultravioleta.
- Los rayos ultravioleta (UV) son los más peligrosos. Los UVA penetran hasta las capas más profundas de la dermis y generan la aparición de radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro de la piel y de la aparición de cáncer de piel. Los UVB, aunque son parcialmente absorbidos por la capa de ozono, llegan a la superficie de la tierra produciendo quemaduras en el tejido.
Nuestro consejo es escoger un protector solar de amplio espectro.
2- El FPS
El FPS o factor de protección solar indica el tiempo que ese protector aumenta la capacidad natural de defensa de la piel antes de quemarse. Por ejemplo si tu piel empieza a quemarse después de estar expuesta 10 minutos al sol, con una crema de FPS 15 tardará 15 veces más, es decir 150 minutos o dos horas y media.
Para decidir qué FPS es el más adecuado para nosotros debemos tener en cuenta, el FOTOTIPO DE PIEL, la latitud y altitud en la que nos encontramos o la reverberación solar (el reflejo de los rayos solares en el agua o la nieve) que estos factores implican una radiación mayor. En el caso de que vayamos a utilizar el protector solar para ir a la playa o la piscina, entrando y saliendo del agua, es importante que optemos por un protector solar resistente al agua donde se nos indique cuántos minutos nos sigue protegiendo después de bañarnos.
3- El tipo de piel
Dependiendo de si nuestra piel es grasa o seca hemos de saber qué crema es la que más nos conviene.
- Piel grasa: evitar aquellos protectores fabricados con base de aceites.
- Piel es seca: escoger un factor de protección solar un poco más alto y una crema con base de aceite o silicona que nos ayude a nutrir la piel al mismo tiempo que la protege.
4- Filtros químico o físicos
- Los filtros químicos son los más utilizados en el mercado ya que tienen una mayor capacidad de protección frente a la radiación ultravioleta. Unas de las grandes desventajas que posee es que puede causar irritación a las pieles sensibles. Los componentes más comunes son el octinoxato o el octisalato.
- Los filtros físicos están fabricados a base de minerales (óxido de zinc y dióxido de titanio), Son de amplio espectro y protegen la piel reflejando los rayos ultravioleta. La desventaja de este tipo de filtros es que son blanquecinos.
5- Cómo aplicar la protección solar
Para que la protección solar sea eficaz hay que aplicarlo correctamente.
- Aplicar la crema de 15 a 30 minutos antes de la exposición y renovar cada 2 horas.
- Utilizar bastante cantidad y aplicar por todo el cuerpo. No olvidar zonas como orejas, corvas o los pies.
- Siempre debajo del maquillaje.
- Aplicar por zonas, tanto visibles como no tan visibles. Como curiosidad se considera que una camiseta de algodón blanca tiene un FPS 4.
- Aplicar un protector específico en los labios.
- Renovar el protector si está caducado o lleva abierto más de 6 meses.
- Utilizarlo También en días nublados.
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